El Colectivo Ecopacifista Solano lleva tiempo reclamando a las distintas administraciones que hagan algo para frenar la plaga de las chumberas, pero estas han pasado olímpicamente. Si no hay movilizaciones y surge un fuerte movimiento social que les obligue, las chumberas -que tantos buenos servicios nos han ofrecido- tienen los días contados.
La chumbera, dada su resistencia a la escasez de agua y su capacidad de crecimiento en terrenos semiáridos o rocosos, es una especie apreciada y perfectamente integrada en nuestro medio. Ha forjado el paisaje alcoreño durante 5 siglos, es un excelente vallado natural de nuestras huertas y campos, una gran barrera contra la erosión, un corredor ecológico fundamental, un refugio de especies animales y vegetales que difícilmente podrían prosperar fuera de esos micro-ecosistemas, un alimento exquisito de pájaros y mamíferos, un recurso para la producción textil y de bioetanol y una suministradora de un fruto riquísimo con grandes propiedades nutricionales y medicinales (el higo chumbo).
Por todas estas razones, consideramos que esta planta es una herencia natural que debe ser preservada. No compartimos la visión de las administraciones que le dan la espalda, porque de manera rígida la consideran una especie invasora y prefieren su extinción, sin tener en cuenta la simbiosis entre la población humana y las “pitas”.
El domingo 12 de enero hemos realizado una actividad de voluntariado para llamar la atención sobre este problema ecológico y social, consistente en una plantación de una especie de opuntia -que parece ser que está resistiéndose a la plaga- para recuperar un vallado de “pitas” devastado por la plaga. Con esta actividad queremos demostrar que, si hay sensibilidad ecológica, se pueden hacer cosas para paliar el problema, aunque lo principal debiera ser que las administraciones combatieran la plaga.
Comparto argumentos. Buen trabajo.